Hoy, 18 de diciembre, se celebra el “Día Internacional del Migrante”, fecha proclamada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2000 para reconocer la importancia de los migrantes y sus contribuciones a la sociedad. Hoy debe ser un día de reflexión que recuerde la valentía, la resiliencia, el trabajo y la determinación de millones de personas que han dejado sus tierras en busca de un futuro mejor y un horizonte de paz y libertad.
Hoy se debe manifestar al mundo que los migrantes no somos estadísticas ni noticias y que nadie emigra por gusto o simple aventura. Somos familias divididas, madres y padres, hijos, hermanos y amigos con nombres, rostros, historias, anhelos, fantasías y sueños representados en creer que se puede tener un futuro que nuestros países dolorosamente no nos garantizan. Somos todos aquellos que abandonamos nuestro comfort y calidad de vida pensando en el futuro de nuestros hijos, soñando a cualquier edad por un mejor porvenir plagado de oportunidades, pero también lleno de sacrificios y nostalgia. Son muchos los que han sido víctima de discriminación, humillación, señalamientos, xenofobia, violencia, explotación; sin contar los que dejaron su país por persecución política y violaciones grotescas a sus derechos humanos.
No obstante, más allá de las desgracias, los migrantes agradecidos somos una fuente de riqueza, tradiciones, cultura, alegría, sonoridad, música, nuevas costumbres y cambios que fortalecen a los países que nos abrazan.
En este “Día Internacional del Migrante”, hacemos un llamado a la solidaridad y a la consideración recordándoles siempre que los migrantes somos seres humanos que merecemos respeto, dignidad y protección y que somos fuente de inspiración y motivación para demostrarle al mundo que los sueños se hacen realidad si se lucha por ellos.
Que Dios bendiga a todos los migrantes.